MES DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

MES DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

 

La Municipalidad de Esperanza se encuentra desarrollando diversas actividades específicas y conmemorativas -a través del Área de Política de Género, dependiente del Departamento de Niñez, Adolescencia y Familia de la Subsecretaría de Promoción Social- en el marco del mes en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, y en 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países más, declaró el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para honrar a las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 durante la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961).
 
Finalmente, en febrero de 2008 el Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon lanzó la campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres proclamando el 25 de cada mes Día Naranja. Entre otras actividades, en ese día se invita a llevar alguna prenda de ese color para resaltar el llamamiento a erradicar la violencia contra la mujer.
 
La violencia contra la mujer es un término aglutinante de todos los tipos de violencia ejercida contra este grupo de personas, siendo a menudo “consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razones de género”. Pero, no toda la violencia contra la mujer puede identificarse solamente por su condición de tal, por lo que es habitual que exista cierta confusión al respecto.
 
En realidad, las agresiones hacia las mujeres no son el producto de momentos de frustración, tensión, o arrebatos emocionales derivados de las universales contingencias de la vida cotidiana, sino que son la consecuencia directa de perversas prácticas culturales que aún subsisten y que intentan la subordinación general de la mujer, en una consideración ancestral de aquellos que identifican simplemente a la mujer como un objeto o “cosa” propiedad del hombre.
 
En tal sentido, la violencia contra la mujer no es un fenómeno nuevo, y en un sentido más amplio, estas reprobables conductas presentan numerosas facetas que van desde la discriminación y el menosprecio, hasta la agresión física, sexual o psicológica, y en casos extremos el asesinato, y se manifiesta diariamente en diversos ámbitos de la vida social y política, entre los que se encuentran la propia familia, la escuela, la Iglesia, y el Estado, entre otros.
 
En la actualidad, sin duda sutil y grave, dentro de la violencia generada hacia la mujer se encuentra la psicológica. Se trata de una práctica -de acuerdo a las encuestas de la OMS- en ascenso, y a pesar de la modernidad y rápida urbanización de la población del mundo se sigue expandiendo.