La ciudad recuerda a Erni Borla

La Intendente Municipal Sra. Ana María Meiners, junto a Secretaria de Cultura y Deportes, Prof. Adriana Robledo, y el Departamento Ejecutivo Municipal recuerdan en el día de la fecha el Noveno Aniversario del fallecimiento de la entrañable artista plástica Eva Erni Borla.
Fue el 25 de marzo de 2012, a la edad de 93 años, que nos dejara físicamente, legando una obra inigualable para la ciudad y la región.
Su memoria vive en su lugar, hoy Museo de Arte «El Antigal» situado al sur de nuestra localidad, y en cada una de sus creaciones.
La casa-taller, donada en vida a la Municipalidad en el año 1988, preserva su identidad transformándose en un cuadro en sí mismo. Es la representación de esa relación tan fuerte con la naturaleza y su mística, a través de su rusticidad y calidez.
Una de las artistas esperancinas precursoras en escultura y pintura, que expandió su arte fuera de las fronteras del país destacando su obra con una técnica de peculiar estilo.
Nacida en Esperanza, el 14 de enero de 1919, se convierte en una de las figuras más representativas de nuestra ciudad trascendiendo a través de su legado. Quien estudiara y egresara del Liceo de Bellas Artes “José Pedroni” en el año 1958, fue miembro de la primera promoción de artistas plásticos esperancinos.
Luego de recibirse con el título de Modelado, y dedicarse a la escultura, descubre un interés creciente por la pintura. Desde sus inicios, Eva mantiene un vínculo íntimo con su tierra y su historia, tanto así que dedica su obra escultórica a aquellos colonos que construyeron los cimientos de Esperanza, representando su llegada y labor campesina. Dicha conexión con el campo y la naturaleza le inculcan una afinidad profunda hacia las texturas y colores que no lograba mediante los óleos. Eva comienza así a desarrollar una técnica única, dentro de la vanguardia del Naturalismo Figurativo, que denominaba “Pintura sin Pintura” la cual la representa a nivel mundial.
Su obra pictórica la lleva a exponer tanto en el interior del país, como en el exterior. Sus trabajos han sido reconocidos en naciones vecinas como Uruguay, Paraguay, Chile, Perú, e incluso han arribado a Europa, Estados Unidos y Oriente. Participó y colaboró en salones de artes plásticas, concursos y muestras por los cuales ha recibido distinciones varias. Hasta avanzada edad, continuó trabajando con una impronta característica.
El deseo de expresarse creativamente la estimula a hacer teatro, tallado, tejido y escritura. En cuanto a esto último, en 1974 edita un libro titulado «El árbol me pidió una cruz», diciendo en propias palabras: “No pretendo hacer literatura ni llamarlas poesías, es sólo un mensaje, yo diría mi latido, un suspiro, al abrir con mis manos emocionadas lentamente cada página…”